Richard Branson

El dinero ayuda, pero no basta

Por: Richard Branson | Publicado: Lunes 18 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Pregunta: ¿Para iniciar un negocio siempre se necesita un gran fondo de dinero?


Respuesta: No. Si bien se necesitan algunos ingredientes básicos para lanzar un negocio y después convertirlo en éxito, un gran fondo de dinero no es ninguno de esos ingredientes. De hecho, tener un respaldo financiero sustancial puede frenar o impedir que identifiquemos las áreas problemáticas del negocio y que averigüemos la forma de corregirlas. En muchos casos puede ser mejor empezar con muy poco dinero, ya que las habilidades que se adquieren al superar los retos de hacer crecer el negocio serán muy valiosas: se podrán detectar a tiempo los errores y ajustarse más rápidamente, lo que contribuye a tener una compañía más sana.

Reconozcámoslo: es muy probable que los primeros intentos de lanzar un negocio no marchen de acuerdo con lo planeado. Yo he lanzado una buena cantidad de negocios que no llegaron a despegar y, en retrospectiva, ésas fueron experiencias muy útiles.

Cuando era niño y estaba en la escuela traté de lanzar numerosos planes; uno de ellos, por ejemplo, fue cuando mi amigo Nik Powell y yo quisimos cultivar y vender árboles de Navidad, pero perdimos toda nuestra cosecha ante un montón de conejos hambrientos. Fue descorazonador en ese momento, pero si hubiéramos tenido más capital para empezar, probablemente hubiéramos cometido los mismos errores en una escala más grande, y hubiéramos perdido más dinero.

Así que el dinero sólo nos ayuda hasta cierto punto. Si somos empresarios incipientes que estamos lanzando nuestra primera empresa, un gran fondo de dinero sólo disimularía los problemas que, con el tiempo, regresarían a acosarnos.

Gracias a mi primera experiencia de fracaso empecé a entender lo mucho que yo ignoraba del proceso de echar a andar un negocio y aprendí que incluso aquellas ideas que yo pensaba que era imposible que fallaran no necesariamente tenían que dar resultados. Y poco a poco, cometiendo errores con el tiempo y aprendiendo de ellos, descubrí los que serían mis principios rectores clave: que hay que lanzar negocios que mejoren la vida de los demás y que nos apasionen a nosotros. Que debemos tratar de crear algo diferente que destaque. Que no hay que rendirse cuando las cosas salen mal (como suele suceder) y hay que ser tenaz. Que hay que tratar de ser visibles: es importante salir a vender nuestro producto. Muchas ideas buenas fracasan simplemente porque sus clientes potenciales nunca oyeron hablar de ellas.

Un ejemplo perfecto de lo lejos que podemos llegar sin respaldo financiero lo tenemos en la competencia Diez Libras, organizada por la asociación filantrópica Empresa Joven, dedicada a la educación sobre negocios y empresas. La competencia consiste en darles a chicos de escuela en Gran Bretaña 10 libras, con el reto de que lo usen en algo empresarial en el plazo de un mes. Los niños han usado ese dinero para todo, desde ayudar a músicos y artistas a promover su obra, hasta establecer cursos para alimentar y cuidar caballos. Es asombroso lo mucho que algunos pueden hacer con su billete de diez libras.

Con la creatividad y el espíritu de esos chicos en mente, yo agradezco que mi equipo y yo estemos en posición de ayudar a otros emprendedores a encontrar financiamiento en estos tiempos. A través de una alianza pública-privada, en la que participan Virgin Money, Virgin Unite y Project North East, estamos ayudando a un programa del gobierno en el noreste de Inglaterra y en Cumbria (noroeste) que hace pequeños préstamos a negocios emergentes, hasta por 25.000 libras a tasas de interés razonables. El programa tiene apenas unos cuantos meses de iniciado pero ya hemos visto algunas personas e ideas maravillosas, en negocios que van desde tiendas de mascotas y ferreterías hasta estudios de animación digital y escuelas de bailes.

El programa de créditos para empresas incipientes no sólo otorga financiamiento en un nivel razonable, sino también asesoría y consejos para quienes reciben el préstamo: una perspectiva muy valiosa de gente que ha recorrido el mismo camino. En el mundo de los negocios, la mejor manera de aprender es haciendo, así que yo siempre animo a los jóvenes a que lancen un negocio en lugar de ir a la escuela de administración; es más barato y se aprende mucho más acerca de lo que se necesita para manejar una compañía exitosa.

El espíritu empresarial es el gran nivelador, pues tener el beneficio de un fondo acaudalado o de un inversionista generoso no siempre es una ventaja. Lo maravilloso es que el dinero no es la única divisa cuando se trata de lanzar un negocio; el impulso, la determinación, la pasión y el esfuerzo son gratis y más valiosos que un gran fondo de dinero.

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